Oaxaca se suma a las ciudades que ponen un alto a las plataformas de renta e impondrá un padrón de registro para anfitriones y aplicaciones como Airbnb con miras a un mejor control fiscal.
Eduardo Ismael
El Congreso oaxaqueño presentó una reforma a la ley de turismo con la intención de frenar la gentrificación y la invasión de plataformas de renta en el estado del sureste mexicano. La propuesta fue presentada por la Comisión de Turismo.
La reforma pretende la creación de un registro de plataformas y de anfitriones, para tener un control fiscal e impedir que empresas renten edificios completos, teniendo ventaja frente a pequeños anfitriones.
La reforma también advierte que los anfitriones podrán rentar por un mínimo de cuatro días, pero no señala cuántos días será el máximo de renta como en el caso de la CDMX o Nueva York, donde las rentas tienen un límite de días para facilitar a locales alquilar esos espacios por más tiempo y menos costo.
Con las nuevas reglas se impedirá que las plataformas y anfitriones que no estén registrados evadan impuestos y que grandes empresas se apoderen de edificios.
Lo que falta
En el caso oaxaqueño no queda claro cuánto tiempo podrá rentar el anfitrión, ya que la reforma habla de mínimo y no de máximos. En caso de ciudades como Nueva York y CDMX, las reformas han determinado un uso máximo de días para turistas y días para locales.
De esta manera la reforma oaxaqueña no anticipa si las rentas son realizadas por extranjeros o locales. De esta manera el camino a la nueva ley de turismo está encaminada a asegurar más recaudación para el Estado y menos ganancia para las empresas privadas, sin embargo no garantiza que una familia que desee rentar una casa la consiga a buen precio o en un contrato de al menos un año.